Los vampiros eléctricos existen y consumen electricidad aún cuando no están funcionando. Hay soluciones como los enchufes inteligentes o la domótica.
Conocer cómo ahorrar energía es algo de máxima trascendencia en los tiempos que corren y te permite gestionar mejor tus recursos, así como reducir la factura energética de tu vivienda. Conseguir dicho ahorro es posible gracias a poner en práctica una serie de buenos hábitos en la gestión energética integral de tu hogar.
En este artículo queremos mostrarte que no solo es posible sino sencillo gracias a los más de 50 consejos para ahorrar energía en casa de manera eficaz que te vamos a compartir.
¿Cómo ahorrar energía eléctrica en casa?
Empezamos la tanda de consejos para ahorrar energía en casa compartiendo contigo estas 30 formas de ahorro de electricidad.
- Apuesta por la iluminación LED. El ahorro de energía con luces LED puede llegar al 80 % con respecto al consumo de la iluminación tradicional. Apuesta por esta tecnología a la hora de cambiar o diseñar tu instalación.
- Apaga las luces que no utilices. Si analizas el uso que haces de la iluminación puede que te sorprenda ver el tiempo y gasto mensual asociado a una utilización inadecuada.
- Pinta tus espacios con colores claros. Elige colores claros que reflejan la luz para tus espacios, sobre todo en los que pasas gran parte del día.
- Aprovecha al máximo la iluminación natural. Si temes que entre el calor, puedes valerte de estores de tejidos térmicos translúcidos que dejan pasar la luz.
- Instala temporizadores y sensores de movimiento. En las zonas de paso y baños muy frecuentados, los temporizadores y sensores de movimiento son tus grandes aliados para fomentar el ahorro.
- Invierte en sistemas de climatización eficientes. Los sistemas con tecnología inverter y las soluciones como la aerotermia rentabilizan rápidamente su inversión gracias a una reducción importante del consumo.
- Deshazte de los vampiros eléctricos. Los vampiros eléctricos son todos los aparatos que consumen energía sin estar realizando una función específica. Eliminarlos es sinónimo de ahorro.
- Pásate a las luces solares. En tu jardín, terraza y resto de espacios exteriores las luces solares son tan versátiles como útiles si lo que quieres es ahorrar energía.
- Adquiere electrodomésticos eficientes. Fíjate en la etiqueta de eficiencia energética de tus electrodomésticos. Cuanto más cerca de la letra A se encuentre, mayor será el ahorro.
- Mantén tus electrodomésticos en buenas condiciones. El mantenimiento es clave en el consumo y en tu seguridad. Un aparato en condiciones no óptimas de funcionamiento puede exponerte a un accidente doméstico y conlleva un mayor consumo.
- Programa tus electrodomésticos. Programa tus electrodomésticos para que funcionen en los días y horas de precio reducido de forma que incida en tu factura de la luz. Si tus aparatos no incluyen esta función, invierte en enchufes inteligentes que, además, puedes controlar a distancia.
- Benefíciate del calor residual en la cocina. Cuando la receta lo permita, apaga el horno y la vitrocerámica antes de tiempo para aprovechar el calor residual emitido.
- Cambia el horno por aparatos de menor consumo. Aunque los hornos son cada vez más eficientes, puedes valorar otras opciones que consumen menos como las freidoras de aire.
- Evita abrir la nevera innecesariamente. Abre la nevera con una intención clara y evita hacerlo para “ver qué hay”. Procede de la misma manera que con el congelador.
- Utiliza los programas ECO. Los programas ECO de tus electrodomésticos están estudiados para consumir el mínimo de recursos sin afectar al resultado.
- Controla la carga de tus electrodomésticos. Haz funcionar tu lavadora, secadora y lavavajillas a carga completa o en su defecto selecciona el programa especial para cargas mínimas.
- Rentabiliza el uso de la plancha. Si vas a utilizar la plancha no lo hagas únicamente para una prenda, así podrás aprovechar al máximo el calor generado.
- No uses simultáneamente tus electrodomésticos. Evita el uso simultáneo de electrodomésticos porque pueden hacerte creer que necesitas aumentar la potencia contratada.
- Lava tu ropa con agua fría. Actualmente, los avances tecnológicos en las lavadoras y detergentes, hacen posible el lavado en agua fría sin afectar a la calidad del lavado.
- Introduce el ventilador para reforzar tu climatización. Combinar el uso de un ventilador con el aire acondicionado te permite disminuir la sensación térmica y mejorar el confort de tus espacios.
- Piensa en instalar toldos. Instala toldos para evitar la radiación solar directa, sobre todo, en las fachadas más expuestas.
- Comprueba tu tarifa de luz. Contratar una tarifa de luz que se adapte a tus necesidades te permite reducir tu factura eléctrica. Recuerda que puedes cambiarla sin coste adicional.
- Apuesta por la domótica. La domótica convierte tu vivienda en una casa inteligente en lo que a gestión de recursos se refiere. Consiste en sistemas tecnológicos que permiten automatizar el funcionamiento de tu casa.
- Valora el autoconsumo eléctrico. El autoconsumo eléctrico a través de un sistema de paneles o tejas solares te permite ahorrar en tu consumo de luz gracias a la radiación solar.
- Analiza el autoconsumo con excedentes. El autoconsumo con excedentes vierte el exceso de energía producida a la red lo que te ayuda a compensar parte de tu factura eléctrica.
- Participa en compras colectivas de electricidad. En la compra colectiva de electricidad, un grupo de consumidores se unen para conseguir los mejores precios de la energía.
- Controla tu gasto con medidores de consumo. Actualmente muchas suministradoras incluyen una aplicación que te permite medir tu consumo. Con ella puedes localizar cómo y dónde potenciar el ahorro. También existen en el mercado los medidores de consumo individuales o globales.
- Utiliza tus electrodomésticos convenientemente. Respetar las instrucciones de tus electrodomésticos y aparatos electrónicos se traduce en un uso adecuado que redunda en un ahorro energético.
- Contrata la potencia de electricidad justa. Analiza tus necesidades, así como la eficiencia energética de tus aparatos eléctricos para que tu potencia se ajuste exactamente a lo que necesitas.
- Programa una temperatura de confort racional. La temperatura ideal del aire acondicionado en verano se encuentra entre 24 ºC y 26 ºC. En invierno una temperatura de 20 ºC durante el día, y unos 15ºC por noche te permiten minimizar tu consumo de calefacción.
¿Cómo ahorrar gas en casa?
A continuación te compartimos una serie de útiles recomendaciones para ajustar tu consumo de gas a lo realmente necesario.
- Alíate con la zonificación. La zonificación de tu vivienda te brinda la posibilidad de controlar la temperatura de cada espacio de forma individual y así optimizar el consumo.
- Coloca cronotermostatos. Los cronotermostatos resultan un medio sencillo para programar tus radiadores y lograr una máxima eficiencia.
- Refuerza el aislamiento térmico. El aislamiento térmico es determinante para ahorrar con tu calefacción de gas. Comprueba puertas, ventanas y cajas de persianas para eliminar posibles puentes térmicos.
- Controla la humedad. La humedad de tu vivienda debe situarse entre un 45 % y un 60 % para que no afecte a la calidad del aire interior.
- Combina persianas y cortinas. Instalar persianas junto con cortinas térmicas en tus ventanas, protege tu hogar del frío.
- Ventila tu vivienda de manera adecuada. Renueva el aire de tu hogar unos minutos por las mañanas y con la calefacción apagada o invierte en un sistema de ventilación automática.
- Mantén un correcto mantenimiento de tu caldera. Realiza la revisión de la caldera de gas cuando sea necesario para asegurar un correcto funcionamiento y consumo.
- Dimensiona correctamente tus radiadores. Asegúrate de contar con los elementos necesarios para lograr una temperatura de confort en tus espacios y no gastar energía inútilmente. Recuerda que los radiadores de bajo consumo optimizan su rendimiento.
- Purga los radiadores. Purga tus radiadores si emiten ruidos, no se calientan de manera homogénea o si han permanecido mucho tiempo apagados.
- Evita obstaculizar el calor. No cubras tus radiadores ni coloques objetos sobre o frente a ellos. Esas malas prácticas afectan a su funcionamiento y gasto.
- Adquiere buenos hábitos en la cocina. En la cocina pequeños hábitos como tapar las ollas y utilizar los recipientes en un tamaño adecuado para lo que vayas a cocinar, te ayudan a ahorrar gas.
¿Cómo ahorrar agua en casa?
El agua es un recurso muy preciado que debes cuidar, además de un punto de ahorro fácil de controlar mes a mes.
- Cierra el grifo cuando no lo uses. Parece evidente, pero es el primer paso y el más sencillo para ahorrar agua.
- Toma duchas cortas. Cambiar el baño por la ducha no es suficiente. Toma duchas cortas y cierra el grifo cuando te enjabones, por ejemplo.
- Instala reductores de caudal. Coloca reductores de caudal o perlizadores en todos tus grifos, no notarás la diferencia pero ahorrarás cantidad de agua.
- Valora el riego por goteo. Si tienes un jardín, el riego por goteo es eficaz y eficiente.
- Riega por la noche. Cuando riegues, hazlo por la noche, al evitar la evolución diurna necesitarás menos agua para tus plantas.
- Verifica el estado de los grifos. Comprueba que tus grifos no pierden agua. En ocasiones la solución es tan sencilla como cambiar alguna junta o apretar los mandos.
- Opta por cisternas de doble descarga. Las cisternas de doble carga utilizan unos 3 litros para usos menores, y aproximadamente el doble para usos mayores.
- Comprueba que no haya pérdidas en las tuberías. Pueden existir pérdidas de agua invisibles. Permanece atento a las humedades o a un consumo anómalo de tu contador.
- No utilices el inodoro como papelera. Limita el uso del inodoro a su propósito inicial y si necesitas una papelera coloca una pequeña de pedal en tu baño.
- Evita enjuagar los platos antes de introducirlos en el lavavajillas. Muchos de los lavavajillas actuales no necesitan enjuagar los platos manualmente. Evitarlo implica ahorrar agua.
- Utiliza los programas de media carga. Si necesitas lavar tus platos o tu ropa y no puedes llenarlos completamente, utiliza siempre un programa de media carga para ahorrar agua, pero también energía.
- Mantén la cal a raya. La cal se deposita en los electrodomésticos afectando a su funcionamiento y provocando que desperdicien mayor cantidad de agua.
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